domingo, 25 de agosto de 2019

Orella a Feira



Me he partido de risa al enterarme que "la persona cuyo nombre no quiero ni recordar y que hace un tiempo se dedicaba a enviar anónimos más que desagradables a este blog" dice que, todas mis recetas salen y las elabora una conocida máquina; vaya, no tengo nada en contra de dicha máquina, pues de hecho la utilizo de vez en cuando ¡Pues mira, no! 😊¡Quizá tú, sí le preguntes todos los días, y ella te conteste y elija tus menús e igualmente también te los elabore...!¡QUE SUERTE TIENES!




Dicho esto, paso al escrito de hoy:
El pulpo y la orella...la orella y el pulpo, tanto uno como la otra son lo más tradicional en cuanto a tapeo se refiere "en mi norte" y yo los hago a la manera tradicional, o sea, chup...chup ¡Es fácil, fácil, fácil.....no tiene ciencia ninguna! 

Ingredientes:
Para 4 comensales +-
4 Orellas de cerdo saladas
Pimentón de La Vera picante
Aceite de Oliva Virgen Extra




Limpiamos bien y quemamos los pelillos que puedan traer las orellas y la noche anterior las ponemos a desalar en abundante agua y si acaso, le cambiamos el agua una vez antes de irnos a dormir.
Ya remojadas, las ponemos en un caldero al fuego, cubiertas de agua y cuando rompan a hervir las dejamos a fuego moderado durante 4 horas. 
Por supuesto, nada de sal, no será necesaria.




Escurrimos las orellas y con ayuda de una tijera cortamos en trozos  desiguales pero más o menos parejos, rociamos con aceite de oliva virgen extra y espolvoreamos con el pimentón picante. Si no las deseamos picantes, pues pimentón dulce, pero ....de La Vera.

martes, 6 de agosto de 2019

Caldo de fréjoles


Hace unos días me comentaba mi amigo Julio, que su abuelita hacía un caldo de fréjoles tan bueno que todavía después de los años, perdura en su memoria el sabor de ese manjar exquisito; y es que su abuela, natural de Negueira de Muñiz, elaboraba el caldo a la antigua usanza, con mucho mimo en pote de hierro y con fuego de leña, y no solo eso, sino que además todos los ingredientes eran de su huerto que utilizaba según la temporada; los derivados del cerdo, por supuesto, también de la zona.
Agradezco a Julio que me haya acercado a la cocina familiar de su casa con esta maravilla de caldo, que nunca había hecho y  desde aquí rindo mi homenaje a su abuela y a todas nuestras abuelas.




 No pongo cantidades, mejor a gusto del cocinero, dependiendo de la cantidad de comensales, aunque mejor siempre quedarse largo....no nos pesará.
Ingredientes:
Judías verdes
Costilla salada de cerdo
Panceta curada
Lacón curado
Soá
1 puñado de Fabas de Lourenzá
Papas medianas
Chorizos
Morcillas




La noche anterior ponemos a remojo las carnes saladas y las fabas.




En un caldero amplio ponemos abundante agua a cocer con las carnes desaladas y las fabas escurridas, dejando cocer todo durante al menos unas dos hora (no hace falta echar sal)
Al cabo de este tiempo incorporamos las judías cortadas y las papas tronchadas y   dejamos cocer media hora más, para añadir entonces los chorizos y morcillas.
Estará listo cuando hayan pasado treinta minutos más.




Colocamos las carnes en una fuente, el caldo en un caldero de barro y listo para degustar ¡Buen apetito!


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