Moussaka

Este es uno de los platos más tradicionales de la cocina griega, y tiene gran similitud con la lasaña, solo que en este caso las placas de pasta se sustituyen por berenjenas y la carne que se utiliza suele ser de cordero.

Hacer una moussaka no tiene gran complicación, pero si es un poco laboriosa. Cuando la hago, aumento las cantidades y hago que coincida un día en que somos muchos a la mesa.

Como digo, es laboriosa, pero merece la pena el tiempo que lleva;  hacer todo pasito a pasito y sin prisas ni agobios …¡ Verán como todos los comensales la elogian !

Estas cantidades son para ocho personas.

Picamos las cebollas en cuadraditos y las freímos con aceite suficiente; cuando esté la cebolla transparente, retiramos el exceso de aceite, pero conservándolo. Añadimos el tomate pelado y cortado en dados, para que se vaya sofriendo.

En una sartén aparte, ponemos una cucharada de aceite de freír cebolla y ponemos la carne  dándole vueltas para que se separe bien; al cabo de unos minutos habrá cambiado de color y le añadimos la sal y el vino, dejando que reduzca este.

Cuando casi no quede líquido en la carne, la juntamos con la cebolla y le ponemos la salsa de tomate casera (si no tienen, pongan tomate frito, la mitad) y dejamos que se haga todo junto unos 15 minutos.

Para hacer la bechamel, utilizaremos otras dos cucharadas del aceite de freír las cebollas;  diluimos la harina en el aceite y vamos añadiendo la leche de forma que no queden grumos; lo ponemos a cocer removiendo continuamente para que no se pegue; antes de que hierva, salamos y rallamos un poco de nuez moscada y una vez que espese y cueza la pasta se deja un par de minutos y se reserva.

Ahora le toca el turno a las berenjenas, que secamos bien con papel de cocina y ponemos a freír;  mejor si es a la plancha, porque las berenjenas absorben mucho aceite.

En una fuente refractaria amplia previamente engrasada, colocamos una capa de bechamel, una de berenjenas y una de carne y repetimos la operación otra vez, acabando con una capa de bechamel que cubrimos con queso rallado y horneamos a 200º durante 30 minutos.
¡ Buen provecho !